Page 23 - PLATINO EDUCA
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que hablar de las maldades de la droga, el acoso o cualquier otra conducta disruptiva 23
que no solo perjudica a uno mismo, sino a todo su entorno.
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Educar en Inteligencia Emocional es ir al fondo de la cuestión, es dar unos conocimientos
que ayudan a los jóvenes a entender mejor el mundo que nos rodea, a predecir lo que
puede ocurrir y a tomar decisiones con mayor conciencia y, por tanto, con más libertad.
Cada día somos más conscientes de la importancia de conseguir en nuestros alumnos
adecuadas competencias emocionales.
Las circunstancias actuales nos han sumergido –queramos o no– en un mundo
tecnológico donde las relaciones humanas se vuelven más frías y las emociones se
ocultan detrás de una pantalla. Es más necesario que nunca incluir en el currículo y
en los Proyectos de Centro la enseñanza de la Educación Emocional para no olvidar
nuestra parte más humana, entenderla y aprovecharla en los procesos de enseñanza-
aprendizaje, en los trabajos y en las relaciones.
La necesidad de educar emocionalmente cuenta con el respaldo neurocientífico
de autores como Antonio Damasio (Lisboa, 1944), que ha revolucionado el estudio
de la base cerebral de las emociones en los últimos treinta años. En un artículo en El
País, Damasio decía: «Una gran parte de mi trabajo ha sido convertir el estudio de los
sentimientos en algo científico que nos permita comprender mejor el comportamiento
humano».
Por lo tanto, el mundo de las emociones y su aprendizaje parte de un pilar científico
que ratifica la importancia de estas. El conocimiento científico de cómo se generan en
nuestro cerebro las emociones, y que reacciones provocan, nos ayuda a entender y
gestionar mejor nuestro mundo emocional y el de nuestros alumnos.