Page 25 - PLATINO EDUCA
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La mayoría de los encargos que recibo tienen una línea social o pedagógica bastante                 25
            clara, o están relacionados con la memoria. En lo personal, los guiones que escribo
            por decisión propia suelen tener un hilo conductor de fondo que tiene que ver con la
            empatía. A veces pienso que es cierto eso de que siempre hablamos de lo mismo de
            formas distintas. Creo que escribo tratando de que el espectador comprenda a mis
            personajes, porque realmente pienso que si empatizamos con el otro somos capaces
            de sacar lo mejor que tenemos como seres humanos. Y esto puede aplicarse a una
            separación de pareja, a una cuestión de género, a una lucha de clases o a una guerra. Me
            gusta pensar que los temas llegan cuando estás preparada para abordarlos asumiendo
            que, si te equivocas, aprenderás más que si aciertas.


            PE: ¿Por qué decidiste volcar parte de tu carrera profesional en iniciativas
            educativas?


            GU: Creo que transmitir lo que te apasiona es tremendamente gratificante y adictivo;
            sencillamente te hace sentir bien y quieres más. Pero quizá la clave está en la palabra
            ‘compartir’, y eso también lo aprendí de Nuria Aidelman y Laia Colell, de A Bao A Qu
            (asociación cultural dedicada a la ideación y desarrollo de proyectos que vinculan
            creación y educación). Por mucho que ahora la tecnología permita hacer una película
            en solitario, creo que el cine es un arte que se construye en equipo y que, también,
            se disfruta de una manera distinta en una sala llena de personas que han decidido
            dedicarle tiempo a la misma historia que tú. Hay algo que nos une en el disfrute de esa
            sala oscura. Dedicarse a transmitir el cine y a hacer cine casi son, para mí, la misma
            cosa – porque no haces sino compartir una forma de comunicación, de conexión. Creo
            que, como llevo implicándome en iniciativas educativas desde que salí de la escuela
            de cine, no entiendo una cosa sin la otra: para mí son aprendizajes complementarios.


            PE: ¿Cómo llegaste a la Escuela de Audiovisuales de la FLM?

            GU: Llego a la Escuela de Audiovisuales de la Fundación del Lesionado Medular en un
            momento muy concreto de mi vida –había sido madre, quería seguir haciendo lo que me
            gustaba y también quería seguir disfrutando del tiempo con mi hija. Una combinación
            que en la ecuación ‘cine y mujer’ no siempre es fácil de cuadrar. Llegué a la entrevista a
            través de una web de búsqueda de empleo. Todavía lo recuerdo: entré llena de energía
            y nuevas ideas. Por suerte, en la Fundación, confiaron en mí y me dieron libertad para
            transformar la escuela y nutrirla de ese «ver y hacer cine» del que habla Alain Bergala
            (La hipótesis del cine).


            PE: ¿Cuáles son los principales retos a los que os enfrentáis?


            GU: Trabajamos con personas con lesiones medulares, y cada una de ellas –sea
            parapléjica o tetrapléjica– tiene características y necesidades distintas. Tenemos
            personas que son completamente autónomas de cintura para arriba, otras que sólo
            mueven el cuello o que, además de la lesión medular, tienen alguna dificultad de tipo
            psicológico. Pero esta es sólo una parte de la adaptación que tenemos que realizar
            en las Escuelas (y hablo en plural porque, además de la de Audiovisuales, en la FLM
            hay una de Radio, una de Plástica y una de TIC). La gran mayoría de las personas que
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