Page 45 - PLATINO EDUCA
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Plano largo de uno de los niños protagonistas de The Sick Kitten.
Una de las primeras veces que un cineasta se enfrentó a las decisiones sobre cómo
contar las cosas fue en The Sick Kitten (George Albert Smith, 1903), cuando una pareja
de niños trataba de alimentar a un pequeño gato (Imagen 1) y el cineasta decidió, en un
evento sin precedentes, acercar la cámara hacia el rostro del animal para que la acción
se entendiera mejor (Imágenes 2 y 3). Ahí quizás comenzó todo: en el momento en el que
alguien decidió la importancia no ya de dónde situar la cámara, sino en qué momento
cambiar esa decisión, acercarse, alejarse, poner el foco sobre un detalle, pensar en cuál
es la mejor forma de contar esta historia. Y eso tal vez sea lo verdaderamente valioso
del cine, cómo se narran las historias. Historias de la Crucifixión, del hundimiento del
Titanic, del Holocausto Judío, del Imperio Romano, del amor y de la muerte… ya las
conocemos todas. Es la forma de contarlas lo que nos atrapa, lo que nos embruja y, a
veces, lo que nos engaña sin saberlo. Ese debería ser el objetivo de escribir sobre cine:
desvelar lo que nos atrapa, indagar en lo que nos embruja, advertir de lo que nos
engaña.
El plano detalle que permite apreciar al gatito en The Sick Kitten.