Page 16 - PLATINO EDUCA
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16 Educa, sobre todo a través de la elaboración de las guías didácticas, favorece el
acercamiento de los profesores a todo tipo de aspectos, temáticas y potenciales que,
quizá, no sabrían ver por sí mismos en la película.
GF: Es importante tener claro que el paso de la emoción a la reflexión requiere una
conversación informada previa al visionado de la película. Acudir al contexto de la
película –tanto en lo que cuenta como en lo que supone la propia cinta en términos
históricos, políticos, sociales y artísticos– y explicar tu intención como docente al
emplearla. Aunque no utilicemos la película como objeto de análisis en sí, creo necesario
fomentar cierto «distanciamiento» de la obra para poder entenderla como herramienta
de comprensión y reflexión, lo cual no quita que el estudiante luego se deje «arrastrar»
por la historia. Tras el visionado, se trata de fomentar que todos los alumnos expresen
sus impresiones y reacciones espontáneas ante la historia, pero también que traten
de discernir elementos relativos a la forma de narrar, al cómo les ha sido presentada
la historia. Y ahí el mediador tiene que empezar a «tirar» de las intervenciones que le
parezcan más importantes de cara a su objetivo pedagógico. El objetivo último es poder
recoger de los alumnos una «sinopsis» que incorpore todos esos aspectos cruciales
que, inicialmente, les pasaron desapercibidos o les resultaron menos evidentes.
¿Qué experiencias de cambio a través del cine habéis presenciado?
EMS: Como decía, yo personalmente tengo muchos casos de adolescentes y adultos
que, tras haber trabajado con el cine en el aula, han optado por una u otra profesión. Por
no hablar del impacto que tiene poner a los alumnos a hacer cine, aunque sea con el
móvil. Cuando el estudiante de poca edad entra adecuadamente en lenguaje del cine,
obtiene un aprendizaje indeleble que llevará en la mochila durante el resto de su vida.
Y, por cierto, el cine no solo puede utilizarse con asignaturas de Humanidades como
la Historia: yo he trabajado durante muchos años con profesores de Matemáticas que
empleaban el cine en clase. Y he visto cómo en cierta universidad española de renombre
se ha enseñado Historia de la Medicina a través de cinco películas clave. Siempre digo
que todo está filmado, y que si se quiere encontrar la película o secuencia adecuada,
el cine da respuesta a cualquier desafío educativo que se nos ocurra.
GF: Mi intención original al utilizar el cine siempre fue conmover a los estudiantes,
hacerles sentir que determinados episodios de la Historia no les eran ajenos. Pero las
consecuencias de haberles expuesto al cine son incalculables. Uno de mis exalumnos
ha sido director de la Asociación Internacional de Cineclubes y ahora trabaja para
introducir el cine en los diferentes Bachilleratos. Otra acabó siendo la directora de un
festival de cine de vanguardia. Y podría mencionar más. Por eso me parece una bendición
que una plataforma como Platino Educa facilite el acceso no solo a su selección de
películas, sino también a guías didácticas que fomentan su máximo aprovechamiento.
JRR: Yo querría concluir señalando que en una escuela de competencias, en la que los
contenidos específicos ceden espacio a las capacidades globales que nos permitan
«construir personas», el cine es un vehículo privilegiado. Nuestra preocupación debería
ser cómo construir y desarrollar una narrativa visual en los alumnos, cómo enseñarles
a ver cine pero también a comunicar y expresar con las herramientas de este lenguaje.
Insisto en la importancia que debemos otorgar a la inclusión, desde un punto de vista
transversal, del lenguaje cinematográfico en el currículo educativo. Esto no puede acabar
convirtiéndose en un experimento de profesores románticos que utilizaban el cine para