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14      vigencia pedagógica que tienen los largometrajes y cortometrajes frente a contenidos
               audiovisuales de 15 o 20 segundos.
































               ¿Qué efecto tiene el cine cuando es introducido en el aula?


               EMS: Me llama mucho la atención que algunos de los alumnos más jóvenes que he
               conocido recientemente jamás hayan ido a una sala de cine. Por eso creo necesario
               sacar el cine de su contexto natural y llevarlo al aula, lo cual causa un impacto en los
               estudiantes. Y es que el cine siempre ha sido una sorpresa. Lo fue desde su mismo
               nacimiento, cuando los hermanos Lumière proyectaron La llegada de un tren a la ciudad
               en el París de 1896, para susto de los primeros espectadores de cine de la historia –y
               causando el rechazo de grandes eruditos del momento como Máximo Gorki. Pero en
               entornos especiales, como el del aula, el cine causa su mayor impacto cuando cuenta
               con mediadores. Yo nunca he puesto una película en clase «porque sí», por mera
               diversión, sino que siempre he tratado de llevarla con un cierto sentido. Y siempre en
               las mejores condiciones técnicas, por cierto: proyectándola al mayor tamaño y en la
               mejor resolución posible, y con el sonido más potente.


               JRR: Indudablemente, proyectar una película en clase es abrir una ventana a una realidad
               –pasada, presente o futura– que no está presente en esas cuatro paredes. Ahora mismo
               estamos inmersos en una cultura audiovisual individualizada, «en cinco pulgadas»: cada
               uno tiene una pantalla personal, la de su móvil, que le sirve de ventana a un mundo de
               contenidos diversos. Pero la proyección en el aula es una experiencia colectiva, como
               lo es toda emoción o reflexión que suscite la película en esas condiciones. Hoy más
               que nunca, esta creación de un espacio común resulta crucial desde el punto de vista
               educativo. No olvidemos que ver una película implica poner en marcha un proceso de
               generación y de transmisión de ideas que afecta a todos los presentes en la proyección.

               GF: Efectivamente, coincido en que una película vista en la sala de cine provoca tanto
               emoción como reflexión. Pero si me la quiero llevar al aula, si traslado a la clase un lenguaje
               que no está hecho para ese entorno, la función del mediador resulta fundamental. Hace
               falta alguien que comprenda ese lenguaje y sepa jerarquizar, organizar y dar sentido
               a las imágenes en movimiento para estimular el paso de la emoción individual a la
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