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54 realidad, aunque no siempre sea suficiente. Como bien apunta Jean-Claude Carrière,
«el cine viola la realidad –por lo menos, lo que percibimos de ella– para reconstruirla
de otra manera, limitando la imagen a un marco determinado, seleccionando lo real,
las voces, las emociones y a veces las ideas».
En nuestro artículo del mes de julio
hablábamos sobre el Modo de
Representación Institucional (MRI): el
método que encontraron los pioneros
del cine para transmitir una sensación de
realidad al espectador y que la narración
cinematográfica transcurra fluida. Nosotros
podemos generar esa fluidez a través de
unas cuantas reglas fundamentales:
Racord: posiblemente, el término más
utilizado por los cineastas a la hora de
plantear la fluidez en sus películas. El
racord preserva la continuidad, tanto visual,
sonora y dramática, y permite que no haya
interrupciones (saltos e incoherencias)
en la comprensión del film. Esta regla se
aplica a todos los departamentos que
participan en la creación de la película:
Casi todos los departamentos de un rodaje están desde el guionista hasta el equipo de
implicados en el mantenimiento del racord o
continuidad (Unitec PASA / CC BY-SA 4.0) maquillaje, de fotografía o de montaje. En
el apartado de actividades proponemos un
ejercicio para practicar y acostumbrarnos
a la continuidad fílmica.
Regla de los ejes: esta es quizás una de las reglas más complicadas de entender, pero
más necesarias también. Es básica para ubicar al espectador y entender la relación
espacial entre los personajes de la escena. En la guía didáctica de Fernando Franco para
la ECAM, se define la regla de los ejes de la siguiente manera: «Entre dos personajes
mirándose enfrentados se crea una línea imaginaria o eje de tal manera que, si rodamos
los respectivos planos de ambos desde el mismo lado del eje, dará la sensación de que
se miran entre ellos. Sin embargo, si los rodamos desde diferentes lados del eje, dará la
sensación de que ambos miran en la misma dirección en lugar de que se miran entre
ellos, pudiendo generar confusión espacial en la audiencia».
Como podemos observar en la imagen, para no saltarnos el eje, podremos situar la
cámara en cualquier posición, pero siempre dentro del mismo eje. En algún caso, se
puede traspasar ese eje como un recurso expresivo, pero hay que saber hacerlo para
no confundir al espectador: