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8 Estado e incluso con algunas modificaciones de carácter fiscal, así como a través de
la implementación de la directiva audiovisual europea.
PE: ¿Qué opinión le merece el papel de interlocutor y garante entre la industria
del cine y los bancos que ha desempeñado y desempeña creA SGR –la sociedad
de garantía recíproca fundada por EGEDA–, particularmente desde que estalló
la crisis de la COVID-19?
IGB: Mi valoración no puede ser más positiva. Pienso que creA SGR probablemente
suplió la iniciativa que podría haber ejercitado el sector público en un determinado
momento. A diferencia de lo que sucede en otros países, nuestro sector bancario y
financiero no parece haber entendido bien la naturaleza del negocio del audiovisual
y, en general, del ámbito creativo. Por eso se necesitaba una herramienta de estas
características, que estuviera especialmente pensada para generar confianza en las
entidades financieras. Creo que la mejor prueba de su utilidad han sido los meses más
crudos de la pandemia, cuando muchos sectores creativos necesitaron un soporte
financiero que les ayudara a atravesar lo peor de la crisis económica resultante. Además
permitió la incorporación del sector público, lo que incrementó en gran medida su
capacidad. Y valoro muy positivamente la ampliación del objeto de la sociedad de
garantía recíproca más allá del audiovisual, abarcando el resto de industrias culturales.
Bajo mi punto de vista, constituye un instrumento imprescindible y un modelo que
debemos consolidar para el futuro, más allá de la actual pandemia.
PE: ¿Cómo valora la apuesta de EGEDA por llevar a cabo de manera presencial
y con todas las medidas sanitarias los Premios Forqué 2021, el pasado mes de
enero en Madrid?
IGB: No pretendo censurar a quien tome otra decisión u opte por otro modelo, pero
considero muy importantes este tipo de esfuerzos por seguir realizando actos públicos,
mostrando pueden ser absolutamente seguros y no entrañar ningún tipo de riesgo.
Ese fue el caso de los Forqué, donde se tomaron todas las medidas sanitarias y de
seguridad necesarias, e incluso más. Uno de los grandes retos de la desescalada va a
ser recuperar la confianza del público y transmitirle la idea de que los actos culturales
y espectáculos públicos que cumplen con las normas son perfectamente seguros.
Promotores y organizadores de eventos en otros lugares de Europa han tomado a
España como ejemplo al abordar su propia negociación con los poderes públicos,
para demostrarles que este tipo de actos se pueden llevar a cabo de forma segura.
Con esto no quiero enmascarar la enorme dificultad de la situación actual, en la que
abundan los márgenes de negocio muy pequeños e incluso inexistentes. Pero creo
que el Ministerio de Cultura, junto con el de Sanidad, hizo una apuesta arriesgada y
finalmente los datos demostraron que podíamos confiar en el sector cultural.