Diciembre | 2021

Mi primer contacto con la plataforma Platino Educa fue durante lo más estricto del confinamiento. En ese periodo tan complicado se nos ofreció a varios profesores el uso de este recurso y debo confesar que, para mí, fue un rayo de luz en el túnel tan largo que todos estábamos atravesando.

El impacto de esta crisis en la docencia no ha sido pequeño, y aunque desde el principio todos dimos lo mejor de nosotros para sacar el curso adelante, nada nos había preparado para una modalidad de enseñanza en la que se despersonaliza tanto a alumnos como profesores: todos pasamos a convertirnos en una ventana dentro de la pantalla.

Por las características de los módulos que imparto, las adaptaciones curriculares que íbamos haciendo sobre la marcha fueron bastante significativas. Las partes prácticas, que son sin duda las más importantes, quedaron reducidas a la nada. Los alumnos se quedaron sin la posibilidad de tocar material, de aprender físicamente como funciona toda la tecnología que usamos, sin poder producir sus propios audiovisuales…

Y por muchos esfuerzos que hagamos, la teoría no puede (ni debe) suplir el trabajo real. Por eso, cuando se nos propuso usar Platino Educa con nuestros alumnos, vi en ello la posibilidad de dar un nuevo enfoque a las clases usando este recurso.

Los alumnos del módulo de Grabación y Edición de Reportajes Audiovisuales eligieron la película Requisitos para ser una persona normal, dirigida por Leticia Dolera, para trabajar sobre ella. Le di muchas vueltas a la guía, pero por lo específico de nuestras enseñanzas acabamos haciendo entre todos una propuesta de trabajo que se adaptase mejor a lo que nos interesaba observar. Así, hablamos del color, del valor de los planos, del ritmo de montaje… También discutimos el etalonado y los movimientos de cámara. A los alumnos les gustó la experiencia y se interesaron por la plataforma –aunque entre adaptaciones e improvisaciones no nos dio tiempo a aprovecharla mucho más.

Llegando ya a este último curso 2020-21, se publicó la convocatoria de la Junta de Castilla y León para homenajear a Delibes en su centenario a través de distintos proyectos y con la colaboración de Platino Educa. Los alumnos de primer curso de ambos Ciclos enseguida se mostraron entusiasmados ante la idea de participar, así que nos animamos a presentar nuestro proyecto y nos pusimos manos a la obra.

El trabajo en el Ciclo de 3D se realizó de manera transversal, y en él participamos los profesores de los Módulos de Modelado y de Color, Iluminación y Acabados. Comenzamos viendo la película que habíamos escogido: La guerra de papá, adaptación cinematográfica de El príncipe destronado. Me sorprendió que un público tan joven (y con clara preferencia por el cine de animación) acogiese tan bien la película dirigida por Antonio Mercero. Permanecieron muy atentos durante la proyección, y se escucharon risas y comentarios interesantes que demostraban que lo estaban disfrutando.

Utilizamos la guía didáctica para empaparnos un poco más del contexto. Muchas veces los estudiantes se centran solamente en lo más visual y se quedan en la «primera capa» de información, así que en este caso el documento nos ha sirvió para ir más allá del primer vistazo. Luego, la propuesta con este grupo era modelar, texturizar e iluminar uno de los escenarios clave de la película, la cocina. Esta tarea nos sirvió para descubrir algo de lo que no nos habíamos dado cuenta antes: al tratarse de un decorado, el plano de la habitación no es siempre igual. Las medidas cambian a lo largo del metraje y es imposible dibujar un único mapa de la escena. Sabiendo esto, cada uno eligió la versión que le parecía más adecuada.

Trabajamos en eso durante un día a la semana todo el segundo trimestre. Como profesora, siempre he defendido que se aprende más y mejor cuando se hace a través de proyectos concretos (como aquel), que ciñéndonos estrictamente al currículo. Nos topamos con problemas reales y es ahí cuando se ponen en marcha los mecanismos de adaptación y resolución que serán tan necesarios el día de mañana en el ámbito laboral.

Me ha gustado mucho ver cómo cada uno de los estudiantes ha dotado a su proyecto de individualidad y estilo propio. Me consta, por sus comentarios, que a ellos les ha asombrado ver lo diferentes que son sus trabajos y les ha gustado comparar el enfoque de unos y otros. Esto ha enriquecido enormemente la experiencia.

Por su parte, los alumnos de Primero del Ciclo de ICTI eligieron la adaptación de El tesoro, también de Mercero,con la finalidad de recrear una de sus escenas. La elección se basó sobre todo en la facilidad para imitar el entorno (un aula, en este caso). El trabajo se enfocó sobre todo en copiar el valor y la duración de cada plano, así como la dirección, la dureza y el tono de la luz.

Y a pesar de no ser actores, ¡nuestros estudiantes hicieron un papel muy digno en el papel de los personajes!

Además de esa película, vimos en conjunto Tesis, de Alejandro Amenábar. Lo hicimos con un ambiente más distendido y aprovechando la guía didáctica para debatir temas que a los alumnos les interesaron mucho, llevándoles a participar con entusiasmo. A pesar de que con el resto de largometrajes hicimos un uso muy limitado de las guías (por no estar específicamente adaptadas a nuestras necesidades, como he comentado), en este caso le dimos otro enfoque al trabajo y utilizamos la guía casi en su totalidad. No nos llevó a abordar los aspectos técnicos con la profundidad que necesitamos, pero sí nos aportó mucho en el sentido de la narrativa y la temática, en cómo se contextualiza la historia, etc.

Gracias a toda esta experiencia, he llegado a la conclusión de que Platino Educa es una herramienta muy útil que podemos aprovechar más y mejor. Quizás haya pecado de una visión un poco limitada en ocasiones, pero visto el éxito con la actividad de Tesis, creo que enriquecería mucho a los alumnos combinar esta línea de trabajo con el resto del currículo al menos una vez al trimestre.