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Entonces llegó la pandemia y el confinamiento. Por una vez, la suerte nos sonrió desde 15
un punto de vista cinematográfico. Cuando nos confinaron, acabábamos de terminar
el rodaje de 62 (2020), aunque tuvimos que esperar cuatro meses a estrenarla. La
magia del cine volvió a funcionar y una idea personal que tenía muy dentro de mí se
vio expresada de una forma audiovisual estupenda. Además el confinamiento nos dio
la oportunidad de tocar otros géneros y no circunscribirnos a temas tan dramáticos. En
la distancia, conseguimos grabar Coronator (2020), que animó nuestras vidas y de qué
manera mientras estuvimos encerrados en casa. Y tras el confinamiento, ese mismo
año, Cristina grabó en su centro El sorteo (2020), ¡que se convirtió en ¡¡viral!

Sinceramente, creo que nuestras producciones han mejorado con el tiempo. Nunca
llegarán a ser blockbusters ni a conseguir premios en aclamados festivales. La
competencia es brutal y no tenemos nada que hacer con interpretaciones de actores
y actrices profesionales o realizaciones de expertos. Además, hacer una pieza audiovisual
está ya al alcance de todos y la tecnología es cada día más asequible. Pero creo nuestros
cortos tienen mensaje e historia, y a eso no nos gana nadie. Es la única faceta en la
que podemos destacar. Hacemos cortometrajes con mensaje que luego pueden ser
visionadas por quien quiera, sin ningún tipo de restricción. Son producciones que invitan
a la reflexión sobre temas diversos pero con toda la fuerza del lenguaje audiovisual. Así,
el tema escogido del último año fue el maltrato a la mujer, y de ahí nació Ajo Lúcido
(2021), donde sufrimos en nuestras carnes las limitaciones para rodar –fruto de la
pandemia– a la vez que abordábamos un tema realmente difícil.

Una de nuestras últimas mejoras ha sido conseguir proyectar el cortometraje en una
sala de cine, cuando llega el momento del estreno. Es una deferencia que nos ha
proporcionado una sala de cine en Burgos. No hay parangón a ver la película en la
gran pantalla y conseguimos así cerrar el círculo de la producción de una manera
brillante. Por un día, todos, alumnado, profesorado y participantes, nos sentimos grandes
artistas y la alfombra roja es para nosotros. No entregamos oscars pero tampoco damos
bofetadas. Sólo agradecimientos y reconocimientos. ¡Pero qué satisfacción! Luego
vienen las críticas, aunque eso lo dejo para otro día…

No sabemos cuánto tiempo continuará ‘Cine de Aula’. De momento seguimos grabando,
que no es poco. Este año tenemos varias producciones a punto de terminar, pero no está
costando rematarlas. Las dificultades en este tipo de cine aparecen por todos lados, y
a veces, para qué lo vamos a negar, el desánimo nos visita. Pero creo que forman parte
de la idiosincrasia de nuestro proyecto. La superación está en nuestros genes. Estoy
firmemente convencido de que algún día daremos en la tecla adecuada y haremos un
cortometraje aficionado que sea un bombazo. Algo así como El proyecto de la bruja
de Blair. Pero ese día está muy lejos y a lo mejor no llega nunca. Mientras tanto, mejor
disfrutar y mejorar con lo que hacemos día a día, porque simplemente, nos apasiona.