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Los santos inocentes (Mario Camus, 1984)

PLATINO EDUCA: ¿Por qué decidiste hacer una película a partir de la novela Los
santos inocentes (1981)?

MARIO CAMUS: Si estás buscando la manera de hacer una película, buscando
argumentos, tratando de convencer a alguien para que ponga el dinero (porque yo
nunca he producido, siempre he buscado a un productor), y además tienes la costumbre
de leer mucho, lógicamente Delibes es uno de los autores a los que sigues. Así que un
día compré, en una librería que visitaba asiduamente, Los santos inocentes. Habían
transcurrido una o dos semanas desde su publicación y vi que ya había vendido muchos
ejemplares. Yo no debía de tener mucho que hacer aquel día, porque empecé a leerla
sentado en un banco frente a la librería. Allí me sucedió algo notable que nunca antes me
había pasado: la leí entera del tirón. Ni siquiera comí. Y pensé: «¡Qué película hay aquí!».

PE: Venías de ganar el Oso de Oro a la Mejor Película en el Festival de Berlín por
La colmena (1982) ¿Te ayudó eso a poner en marcha el proyecto?

MC: Después de hacer La colmena, estaba en un momento bueno y podía ser contratado
para algo que yo propusiera. Tenía una relación muy estrecha con Warner, y cuando me
llamaron para preguntarme si tenía algo, traje el libro en la mano y les dije que eso era
lo que quería hacer. Lo tenía clarísimo. Me interrogaron sobre el argumento del libro, y
cuando se lo conté, me dijeron que no les interesaba nada. Me propusieron otra cosa
para que yo la escribiera, cosa que hice, y aquello acabó siendo una coproducción
con Argentina que se fue al traste. Entonces recibí la visita del productor y actor Julián
Mateos y le dije que me interesaba hacer Los santos inocentes. Él, que era extremeño
de Trujillo, la leyó y me llamó al día siguiente diciendo que había que hacerla como
fuese. Encontró a una serie de personas y reunió un dinero con créditos que incluían
mi propia casa, la cual ofrecí como aval. Él y yo estuvimos de acuerdo en los actores y
coincidimos en todo lo demás.