www.PlatinoEduca.com utiliza cookies de terceros para mejorar la experiencia de navegación del usuario y gestionar información analítica sobre los distintos espacios que la componen. Continuar con la navegación indica que está de acuerdo con nuestra política de cookies.
Configurar Aceptar
La sombra de Evita es alargada
Publicado el 25/08/2025
0
  
31

«Eva Perón es un mito para argentinos: un cuento que todos conocemos y que no nos cansamos de que nos vuelvan a contar».

César Aira


El ya numeroso y esencial catálogo de las guías didácticas de Platino EDUCA incluye la del filme Eva Perón (1996), cuya dirección corrió a cargo de Juan Carlos Desanzo. Volveremos sobre él. Antes, un sucinto repaso a la filmografía de uno de los mitos de Argentina. Siendo este un país joven –de apenas poco más de doscientos años desde su nacimiento como nación–, su mitología, o mitomanía, es un emblema en el que ensalzar el invisible pabellón de los grandes momentos de su propia historia. Resulta que en tal pabellón figuran nombres como los de Carlos Gardel, Ernesto Che Guevara, Jorge Luis Borges y, hasta hoy, Diego Armando Maradona. Entre ellos, la inclusión de Borges se antoja más una ilusión literaria que una realidad insoslayable. Es posible que con el tiempo también se incorporen los nombres del Papa Francisco y los del futbolista Lionel Messi. Sin embargo, de todos ellos, es la figura de Eva Perón (Los Toldos, 1919 – Buenos Aires, 1952) quien ha dibujado un halo, una estela imperecedera que, a capricho de las circunstancias políticas e históricas, aparece con mayor o menor fortuna en las pantallas cinematográficas.

Nada raro, si se recuerda que antes de convertirse en el mito comenzó su vida profesional como actriz secundaria, o de reparto, de seriales radiofónicos y películas populares. A Perón lo conoció en San Juan, 1944, cuando el terremoto que arrasó esa región del país austral, y el entonces vicepresidente acudía a una reunión con gentes del cine y del teatro. En 1945, junto a los renombrados Libertad Lamarque y Hugo del Carril, rueda, en un papel destacado, La cabalgata del circo, del gran director Mario Soffici; ese mismo año repetiría con el mismo director, pero ahora como protagonista, en La pródiga.

Eva Perón y Libertad Lamarque en La cabalgata del circo (Carlos Rinaldi).

Los libros sobre Evita, así como películas, documentales, reportajes, telefilmes y hasta óperas rock y dibujos animados se han sucedido desde el instante mismo de su muerte. Así, Luis César Amadori presentó ya un título de clara intencionalidad mitificadora –cuando no divinizadora– como Eva Perón inmortal (1952), un cortometraje documental en el que se recogían, a través de imágenes de archivo y de noticieros recientes, los denominados hitos que jalonaron la presencia pública de Evita, junto a su marido y presidente de la República, Juan Domingo Perón. La brevedad del trabajo de Amadori no le impedía volcar todo el entusiasmo en lo que sería la marca indeleble que acompañaría a la protagonista a través del tiempo por venir: su enfrentamiento con lo que denominaba la oligarquía terrateniente e industrial; su empeño y su lucha por los derechos de la mujer; su amparo a los que llamó «mis descamisados», eje vertebral de su apoyo popular y su confluencia con los poderosos sindicatos argentinos.

Eva Perón (Juan Carlos Desanzo, 1996).

Contemplada desde hoy, tal visión resulta compleja, pues el poso populista, arrebatado, sentimental y extremo juega un papel relevante en todas y cada una de sus apariciones e intervenciones públicas –y así se muestra en algunas de las películas que se le dedicaron. Más complejo aún es cómo el peronismo se convierte en un movimiento transversal que colinda con elementos próximos al fascismo italiano y con los dogmas socialistas –cuando no directamente revolucionarios– de la izquierda guevarista. El enigma queda para la Historia. Lo cierto es que, tras la caída del general, el nuevo régimen pronto produjo El mito de Perón y Evita (1957), película documental en la que, como cabe adivinar, se suceden las críticas, los vituperios, la condena y la denuncia de los abusos y demás atropellos del peronismo –y la figura de Evita no se libra en absoluto de la cascada de críticas y del correspondiente ajuste de cuentas político. Pero lo cierto es que el personaje sí da para una propia mitología cinematográfica…

Abigail Jaye interpreta a Evita en el musical de Andrew Lloyd Webber. (Sheila1988 / CC BY-SA 4.0)

En Evita (1996), Alan Parker se atrevió con la adaptación para el cine de la ópera rock de Andrew Lloyd Webber. Si se piensa que la argentina estaba interpretada por Madonna, y que aparecía el Che interpretado por Antonio Banderas (por cierto, excelente como siempre), ya puede suponer el lector la verosimilitud histórica del guion –aún cuando las piezas musicales, con letras de Tim Rice, fueran memorables. Sí, la sombra de Evita es alargada; tanto, que su cuerpo embalsamado después de su fallecimiento viajó entre las traiciones, las sospechas, los abusos y las mentiras, y así lo recogió el filme del notable director argentino Pablo Agüero, Eva no duerme (2015). Un aspecto que, no obstante, ya había sido tratado por Tristan Bauer en Evita, una tumba sin paz (1997). Y es que la historia del cuerpo de Eva Perón a través de países, lugares y estancias, también da para una película de terror.

Santa Evita (1995) fue el título de la novela del escritor y periodista Tomás Eloy Martínez, quizá la más completa y certera aproximación al fenómeno social, político e histórico –con más de diez millones de ejemplares vendidos en todo el mundo. Un libro en el que se basará la serie homónima que se estrenará este mismo 2021, producida Salma Hayek y dirigida por el notable cineasta Rodrigo García (hijo de Gabriel García Márquez) y por Alejandro Maci, e interpretada por la actriz uruguaya Natalia Oreiro como Evita y por el actor argentino –bien conocido en el cine español– Darío Grandinetti como Perón.

Pero retrocedamos unos años. El largometraje documental Evita, quien quiera oír que oiga (1984) supuso, tras la recuperación democrática de 1983, un regreso a los pormenores de la trayectoria de quien fuera primera dama de la nación. Dirigida por Eduardo Mignogna, la película representó, tras los años de persecución y ostracismo –no ya de Evita sino del peronismo–, tras la dictadura militar, un testimonio sucinto del papel que podría representar para las nuevas generaciones de argentinos y su relevancia en los días presentes. Tiempo después, Juan y Eva (2011), cuya dirección se debe a Paula de Luque, narrará la historia del amor entre Perón y Eva desde el mismo día en que se conocieron en San Juan, 1944. Se trata de un biopic de tensión sentimental que subraya ese carácter visionario de la pareja y su relación con el destino de Argentina.

Eva Perón (Juan Carlos Desanzo, 1996).

Volvemos ahora a Eva Perón, la obra dirigida por Juan Carlos Desanzo a partir de un perfecto guión del escritor José Pablo Feinmann. Es una película profundamente política, que cuida los detalles más problemáticos de la historia. Se presenta a Eva Perón –extraordinariamente interpretada por Esther Goris)– como una combatiente del peronismo, más allá del propio Perón. La escena en el dormitorio, cuando Evita le advierte a su marido y presidente que los sindicatos la van a proponer como candidata a la vicepresidencia –ante el desagrado de los militares y las dudas que muestra Perón–, marca el tono no sólo político, sino también intensamente personal del filme. Evita, viene a decirle ella misma a Perón, ha sido una luchadora desde niña, desde que se negó a besar el cadáver de su padrastro en Los Toldos, hasta este mismo instante. Su vida ha sido luchar y luchar, y así lo confirma el hecho de que, hasta hoy, sea este el retrato más cercano a la verdadera realidad. Una realidad que, como la sombra de su protagonista, es tan alargada en el tiempo como presente en la historia de Argentina.

Por todo ello, solo cabe calificar de rotundo acierto el que Platino EDUCA incluya en su amplio catálogo la película de Desanzo. Con un añadido esencial: cumple una misión que no se encuentra, a menudo, en los programas de enseñanza españoles. Y es la aproximación al devenir y la historia de las naciones iberoamericanas, tan próximas y queridas para nosotros. La atención curricular a sus escritores, cineastas, artistas, políticos; a su vida cotidiana, a sus anhelos, a sus sueños y, también, a sus dramas. Por suerte, con iniciativas como ésta se establece un poderoso e invisible –pero firme– de entendimiento y comprensión bajo un solo rótulo: cine en español, cultura en español. La de todos, la de aquí y la de allí. Por fin.


Compartir:
TWITTER
FACEBOOK
LINKEDIN

Comentarios: 0

DEJA TU COMENTARIO

Tu email no será publicado.

Nombre*

Email*

Comentario*

(*) Campos obligatorios
COMENTAR

Revista PLATINO Educa
40 números (2020-2023)

Valora y comenta

¿QUIERES COLABORAR?

Si quieres compartir tu experiencia de cine y educación, escríbenos a: luis.caballero@platinoeduca.com

LO MÁS VISTO ESTE MES

 

 

SÍGUENOS

TWITTER
FACEBOOK
YOUTUBE
LINKEDIN
INSTAGRAM
 

ETIQUETAS

Editado en Madrid por EGEDA
(Entidad de Gestión de Derechos de los Productores Audiovisuales). ISSN 2792-9043
egeda

LEYENDA DE ICONOS

Obra con distintas Versiones
Obra con Subtítulos
Obra con Guía Didáctica
Obra con Recurso Adicional PISA
Disponibilidad territorial:
No disponible para esta ubicación
ACTIVIDAD SUBVENCIONADA POR EL
MINISTERIO DE CULTURA Y DEPORTE