El aclamado documental Ara Malikian: Una vida entre las cuerdas, ganador del Premio Forqué y del Premio Goya al Mejor Documental (y nominado a la misma categoría en los Premios Platino), nos muestra la riqueza de la música del famoso violinista y su sorprendente camino vital, ambos indivisiblemente ligados.
Malikian nace en el Líbano en 1968, en una familia de inmigrantes de orígenes armenios. Pero en realidad su historia comienza mucho antes, cuando un viejo violinista le regaló a su abuelo su violín para que pudiera escapar, en la gira de un conjunto musical, del genocidio contra el pueblo armenio que acabó con la vida de más de dos millones de personas a principios del siglo XX. El hombre consiguió llegar como refugiado al Líbano con el violín como única pertenencia, y dedicó su vida a aprender a tocarlo, al igual que haría su hijo, el padre de Malikian. Ara creció dentro de esta pasión por el violín, pero nuevamente la guerra acorraló a su familia cuando en 1976 estalló un conflicto bélico en el Líbano. La guerra se convirtió en la realidad cotidiana de su infancia y juventud, razón por la que decidió usar su talento musical para encontrar un destino mejor. Después de mucho esfuerzo lo logró y hoy en día es uno de los violinistas más reconocidos del mundo.
Sin embargo, como vemos en la película, Malikian es mucho más que un gran violinista: es un artista que ha creado su propia obra musical, una fusión de ritmos populares que van desde el folclore hasta el rock, pasando por la música clásica. En una búsqueda permanente de un arte que conecte profundamente a los pueblos y las personas que escuchan su obra. Él entiende que la alta cultura, de la que proviene por su formación musical, y la cultura popular, que también hace parte suya, no deben ni pueden ir por caminos divergentes. Al contrario: se hace necesario construir puentes, mezclar, fundir las músicas para que constituyan un verdadero lenguaje universal.
En ese mismo sentido, el de unir personas, y debido a su propia experiencia vital, Malikian se ha convertido en un abanderado de los derechos de los refugiados, que usa su reconocimiento para dar voz a los niños y niñas que viven en situación de vulnerabilidad en campos de refugiados en distintos lugares del planeta. Siempre a través de la música, el violinista nos enseña que por muy difícil que sea la realidad en la que nos encontremos, la vida puede ser transformada con pasión, con trabajo, con solidaridad.
Ara Malikian piensa, porque así lo ha vivido, que la música salva nuestra vida de muy diversas maneras y que es la forma de arte más potente para reunir a la gente y generar una verdadera comunidad –y así lo expresa en su obra. Este documental, de la directora Nata Moreno, nos transmite, de una forma tan positiva y vibrante como su propio protagonista, la importancia fundamental de la música, del sonido que crean los humanos, en la existencia de los individuos y las sociedades.
Ara Malikian: una vida entre las cuerdas se recomienda para estudiantes a partir de 10 años en las áreas de Artes y Música, y en asignaturas que traten el tema de los Derechos Humanos en el contexto actual. La obra permite trabajar transversalmente, en todas las edades, diversas áreas del conocimiento, y potenciar capacidades y competencias de la inteligencia emocional como la empatía, la sensibilidad y el esfuerzo personal.